miércoles, 12 de agosto de 2015

Osteoporosis: la enfermedad silenciosa

La osteoporosis se puede traducir de manera literal como hueso poroso y, es una enfermedad que se caracteriza por la disminución de masa ósea, generando un aumento en el riesgo de fractura por la debilidad del propio hueso. Las probabilidades de sufrir este tipo de fracturas asociadas a la osteoporosis aumentan de manera exponencial con la edad.

Esta enfermedad afecta en España a un número de personas que, se acerca a los 3 millones, siendo mucho más frecuente en mujeres (2.5 millones afectadas).

Se han descrito, de manera bastante clara, los factores de riesgo que predisponen  a sufrir dicha enfermedad, algunos de ellos son

  1. Edad avanzada, sexo femenino y raza caucásica o asiática.  
  2.  Historia familiar de osteoporosis.
  3. Inmovilización prolongada y baja actividad física.
  4. Pérdida significativa de peso y consumo excesivo de alcohol y tabaco.


Los síntomas asociados a su aparición, dan la cara en fases intermedias y avanzadas de la enfermedad.  Se pueden agrupar en:

  1. Deformidades de la columna.
  2. Debilidad ósea y fractura.
  3. Dolor muscular.
  4. Pérdida de peso y estatura,

Existen dos vías principales de tratamiento para el abordaje de la enfermedad. La primera sería a través de terapia farmacológica que, es primordial para retrasar y enlentecer la pérdida ósea.

La otra vía que, es sin duda básica para mejorar el bienestar asociado a la osteoporosis, es establecer unos hábitos de vida saludable orientados y, basados en los siguientes principios:


  1. Dieta adecuada y equilibrada, rica en calcio.
  2. Dieta rica en vitamina D.
  3. Es necesario establecer una rutina diaria de 30 minutos de ejercicio de carga.
  4. Abandono del consumo de tabaco y alcohol.

Un aspecto muy importante asociado  a la osteoporosis es intentar  prevenir la aparición de la misma y, reducir el riesgo de fractura.

Algunas recomendaciones a tener en cuenta serían:

1.- Mantener una vida activa y con hábitos saludables.
2.- Realizar una densitometría de forma periódica, a partir de los 50 años,
3.- Nutrición adecuada rica en vitamina D y calcio. 


Profesional Experto.
David Roa Arbeteta.

martes, 11 de agosto de 2015

La automedicación en mayores

Lo primero y, quizás más importante, es definir de manera adecuada el concepto de automedicación: utilización de medicamentos por iniciativa propia sin ninguna intervención por parte del médico (ni en el diagnóstico de la enfermedad, ni en la prescripción o supervisión del tratamiento).

Por desgracia, la automedicación es un hábito común en nuestra sociedad y, no solo afecta a los mayores, sino que está extendido en todo tipo de población. En el caso de los mayores este hecho cobra mayor gravedad debido a que, muchos de ellos están polimedicados.

En caso de producirse una automedicación responsable, esta puede generar beneficios en el tratamiento de síntomas menores, incluso, no siendo necesaria receta médica para según que fármacos.


Una idea que todos debemos tener muy claro es que, ningún medicamento es inocuo y, por tanto, todos debemos ser responsables en su consumo, resolviendo con el farmacéutico o el médico las dudas que pudiesen surgir en su administración o efectos secundarios.

Son muchos los riesgos que se derivan de la automedicación, siendo los más importantes los siguientes:

1.- Toxicidad: pudiendo llegar a darse casos de intoxicación grave.

2.- Falta de efectividad: debido a que el fármaco no está indicado para la patología en concreto.

3.- Dependencia o adicción.

4.- Ocultación de procesos agudos graves.

5.- Interacciones con otros medicamentos.

6.- Resistencia a los antibióticos.

Algunos consejos básicos que, queremos aportar con el fin de reducir la automedicación y, limitar sus efectos adversos son:

1.- No tomar ningún medicamento que requiera receta, sin prescripción médica.

2.- En el caso de los medicamentos que no requieran receta médica, si es necesario contar con la ayuda del farmacéutico.

3.- Cuando exista una enfermedad crónica es necesario siempre consultar al médico ante cualquier fármaco.

4.- Leer en detalle y conservar siempre los prospectos de cada medicación. Igualmente hay que conservar cada medicamento en su embalaje correspondiente.


5.- Evitar el consumo de alcohol cuando se está tomando una medicación.

viernes, 7 de agosto de 2015

Consejos para afrontar el cuidado de un mayor:

El cuidado de una persona mayor requiere de muchos esfuerzos y, un alto grado de responsabilidad. Muchos son los condicionantes que se ponen en juego para poder cuidar: cercanía al mayor, personalidad, condiciones físicas y de salud, edad, etc. En cada uno de estos condicionantes y, su situación, podremos encontrar tantas fuentes de estrés y ansiedad como elementos para fortalecer o dañar los mismos.

Algunos de los requisitos necesarios para ofrecer un cuidado de calidad a nuestros mayores serían:

1.- Motivación: es difícil de mantener cuando no ha sido elegido el realizar la función de cuidar.

2.- Empatía: hay que ponerse en la piel del mayor, sin ser necesario el tener que darle la razón en todas sus actitudes.


3.- Comportamiento asertivo: comunicación abierta y, valorando la opinión de los demás.

4.- Paciencia: un pilar básico para poder afrontar el cuidado con garantías.

5.- Formación: es necesario contar con estrategias y herramientas que, sirvan para buscar soluciones a la problemática diaria que se ofrece en el cuidado.

6.- Experiencia: no es un factor prioritario pero, puede ayudar a baremar la importancia en según qué momentos.

Tan importante cómo ofrecer un buen cuidado a un familiar, es conocer el concepto de autocuidado ya que, nos enfrentamos a un trabajo duro y en ocasiones no del todo gratificante.

Algunos de los síntomas que podemos sufrir y, debemos conocer, cuando nos enfrentamos al cuidado de un familiar son: problemas de sueño, fatiga, ansiedad, dificultad de atención, problemas de memoria, mal humor, accidentes, angustia, depresión, etc.

Existen herramientas y estrategias para establecer un autocuidado adecuado, siendo el punto de partida, la toma de conciencia de la necesidad de cuidarse más. Es necesario autocuidarse para poder cuidar mejor.

Algunos consejos prácticos que, pueden ayudar al autocuidado son:

1.- Encontrar tiempo para disfrutar de amistades, ocio y tiempo libre.

2.- Esforzarse en el cuidado personal a nivel físico y emocional.

3.- Formarse en la materia.

4.- Buscar ayuda en profesionales: centros de día, residencia, profesionales.

Muchas personas vamos a afrontar una fase de cuidado a lo largo de nuestra vida, por lo que sería muy beneficioso el poder prepararnos para este rol y, formarnos de manera específica para ello.

martes, 4 de agosto de 2015

Diez consejos para la comunicación con enfermos de Alzheimer

Las personas con demencia sufren sin duda un gran número de síntomas que, hacen que el paso del tiempo, no haga sino mermar sus capacidades y limitar sus funciones básicas. Este proceso degenerativo puede ser paliado bajo una correcta estimulación global del paciente y, una medicación que limite la aparición y exacerbación de síntomas.


Los familiares de enfermos de Alzheimer sufren esta merma en las capacidades de su familiar de forma muy intensa, pudiendo llegar a padecer patologías como estrés, ansiedad o incluso depresión y, siendo necesario el que establezcan herramientas de autocuidado.

Los cuidadores y familiares de pacientes con Alzheimer deben estar preparados y formados para atenderles  de manera eficaz y adecuada, siendo básico el seguir unas pautas básicas a la hora de establecer comunicación con ellos.


Con la idea de poder ayudar en el manejo de estos pacientes, queremos compartir con vosotros diez consejos para que la comunicación con vuestros familiares sea lo más adecuada posible:

1.- Hablar cara a cara.

2.- Utilizar el lenguaje verbal y corporal de manera simultánea.

3.- Evitar que hablen dos personas a la vez.

4.- Vocalizar y nunca hablar con objetos en la boca.

5.- Usar frases cortas y sencillas.

6.- No gritar jamás, les produce más tensión.

7.- Hablar a una velocidad adecuada.

8.- Realizar preguntas directas.

9.- Evitar que exista música o ruido de fondo.

10.- Ser pacientes, positivos y relajados.

Debemos entender que nuestros familiares padecen una enfermedad neurodegenerativa que, requiere de un esfuerzo importante por nuestra parte para asegurar su bienestar y relajación.

Según avance la enfermedad, los familiares de los pacientes, deberán ajustar su vocabulario, haciéndolo más sencillo a la hora de ser comprendido por los mayores.

El lenguaje es una de las áreas cerebrales que se afectan de forma notoria en las demencias, igual que la comprensión pero, siendo esta última más difícil de ser valorada por lo que, siempre tendremos que dirigirnos a ellos de forma amable, clara y pausada.