viernes, 24 de junio de 2016

Danzaterapia: beneficios para el adulto mayor

La danzaterapia se define como un método psicoterapéutico que, surgió en EEUU alrededor de 1940 y, ha tenido en los últimos años una gran acogida y extensión alrededor del mundo. 

El Método Hoffmann ha desarrollado un programa específico para su aplicación en el adulto mayor, promoviendo así la estimulación adecuada de las esferas sociales, físicas, cognitivas y psicológicas de las personas de edad avanzada o en fase de jubilación. 


La danza es una actividad física moderada que, a través de la música y el movimiento logra alcanzar el bienestar de la persona proporcionando sensaciones satisfactorias y adecuadas, independientemente de la edad en la que se realice, constituyendo un proceso terapéutico tanto individual como grupal. 


Algunos de los beneficios físicos que genera la danzaterapia serán:

  • Optimiza el balance y el equilibrio. 
  • Favorece la prevención del inmovilismo y la atrofia. 
  • Reduce el colesterol y el sobrepeso. 
  • Mejora la movilidad del aparato locomotor. 
  • Potencia la agilidad y la coordinación. 
  • Fortalece los distintos grupos musculares.
  • Mejora los reflejos. 
  • Ayuda a conciliar el sueño.
La danzaterapia trae consigo otra serie de beneficios que, no solo se asocian a la esfera física, sino que tienen su repercusión en las áreas psicológicas y cognitivas:
  • Mejora la toma de conciencia del propio cuerpo.
  • Mejora la atención y concentración, 
  • Mejora de la memoria. 
  • Incrementa la orientación espacial.
  • Favorece la autoestima y autonomía. 
  • Fortalece la confianza. 
  • Reduce el estrés. 
  • Estimula la creatividad, proporcionando placer y diversión. 

Existen multitud de tipos de bailes diferentes que, se pueden practicar, dependiendo de los gustos, circunstancias y posibilidades de cada persona: bailes de salón (pasodoble, merengue, tango, salsa, etc), ballet clásico para adultos, jazz, danza española, danza del vientre, batuka adaptado para mayores, zumba adaptada, etc. 


La aplicación de la danzaterapia en los centros dónde se aplica el Método Hoffmann conlleva la necesidad de valorar previamente a todos los usuarios que participan, así como hacer seguimiento de los mismos y estructurar las sesiones de manera adecuada y terapéutica. 


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