viernes, 7 de agosto de 2015

Consejos para afrontar el cuidado de un mayor:

El cuidado de una persona mayor requiere de muchos esfuerzos y, un alto grado de responsabilidad. Muchos son los condicionantes que se ponen en juego para poder cuidar: cercanía al mayor, personalidad, condiciones físicas y de salud, edad, etc. En cada uno de estos condicionantes y, su situación, podremos encontrar tantas fuentes de estrés y ansiedad como elementos para fortalecer o dañar los mismos.

Algunos de los requisitos necesarios para ofrecer un cuidado de calidad a nuestros mayores serían:

1.- Motivación: es difícil de mantener cuando no ha sido elegido el realizar la función de cuidar.

2.- Empatía: hay que ponerse en la piel del mayor, sin ser necesario el tener que darle la razón en todas sus actitudes.


3.- Comportamiento asertivo: comunicación abierta y, valorando la opinión de los demás.

4.- Paciencia: un pilar básico para poder afrontar el cuidado con garantías.

5.- Formación: es necesario contar con estrategias y herramientas que, sirvan para buscar soluciones a la problemática diaria que se ofrece en el cuidado.

6.- Experiencia: no es un factor prioritario pero, puede ayudar a baremar la importancia en según qué momentos.

Tan importante cómo ofrecer un buen cuidado a un familiar, es conocer el concepto de autocuidado ya que, nos enfrentamos a un trabajo duro y en ocasiones no del todo gratificante.

Algunos de los síntomas que podemos sufrir y, debemos conocer, cuando nos enfrentamos al cuidado de un familiar son: problemas de sueño, fatiga, ansiedad, dificultad de atención, problemas de memoria, mal humor, accidentes, angustia, depresión, etc.

Existen herramientas y estrategias para establecer un autocuidado adecuado, siendo el punto de partida, la toma de conciencia de la necesidad de cuidarse más. Es necesario autocuidarse para poder cuidar mejor.

Algunos consejos prácticos que, pueden ayudar al autocuidado son:

1.- Encontrar tiempo para disfrutar de amistades, ocio y tiempo libre.

2.- Esforzarse en el cuidado personal a nivel físico y emocional.

3.- Formarse en la materia.

4.- Buscar ayuda en profesionales: centros de día, residencia, profesionales.

Muchas personas vamos a afrontar una fase de cuidado a lo largo de nuestra vida, por lo que sería muy beneficioso el poder prepararnos para este rol y, formarnos de manera específica para ello.

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